REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA
VICERRETORADO ACADÉMICO
DECANATO DE INVESTIGACIÓN,
EXTENSIÓN Y POSTGRADO
DOCTORADO CIENCIAS DE LA
EDUCACION
SAN JOAQUÍN DE
TURMERO-ESTADO ARAGUA
EDUCACION PARA LA PAZ
Faciltador:
Participante:
Dr. Gustavo Ruiz Msc. Elizabeth Pérez
Junio 2017
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE
ARAGUA
VICERRECTORADO ACADÉMICO
DECANATO DE INVESTIGACIÓN,
EXTENSIÓN Y POSTGRADO
DOCTORADO EN CENCIAS DE LA
EDUCACION
SAN JOAQUÍN DE TURMERO- ESTADO
ARAGUA
EDUCACION PARA LA PAZ
Autora: Prof. Elizabeth Pérez Carrillo. Magíster en Educación
.Mención Gerencia. Profesora en educación Comercial. Laboro en Educación Media y General U.E .N Carlos García
Barrera en Palo Negro y actualmente realizando
Doctorado en Ciencias de la Educación.
RESUMEN
Actualmente en la educación se generan constante cambios alarmantes generados
por la ola de violencia y conflictos lo que nos lleva a reflexionar en
fortalecer una cultura de paz, es decir; una educación para la paz, de allí la importancia
de esta investigación cuyo es propósito es y se hace necesario
desarrollar programas de formación docente, para abordar de una forma más
humanizada las discrepancias y las diferencias, que existen en una sociedad
plural, solo así existirán mayores posibilidades de canalizar la agresividad y
resolver los conflictos de forma positiva y con una relación ganar – ganar. El
conflicto se manifiesta en todos los ámbitos sociales, culturales, económicos y
políticos; pero en el aspecto social la violencia se observa como una expresión
generalizada que da cuenta de un vacío a ser atendido para poder vivir en paz,
y los docentes son una pieza principal para introducir cambios. Es por ello que
la formación del docente debe ser permanente y continua, respondiendo así a las
necesidades de los sujetos que participan en el hecho educativo; siendo
necesario desarrollar competencias en donde se hagan valer los derechos humanos
de los estudiantes. La formación de los docentes en el área de
educación para la paz, métodos antiviolencia y/o métodos de resolución pacífica
de conflictos, es urgentemente necesaria en las instituciones donde continuamente
se están registran hechos de violencia. Hacen referencia Arellano (2004) y Nava (2006), como se observa de manera
preocupante que los adolescentes de ambos sexos, han sido seducidos, extasiados
y embaucados en el fenómeno de la violencia el cual impera en la actualidad en
instituciones educativas de media y diversificada, y de la cual da fe tanto la
prensa local como la colectividad.
Palabras Claves: Educación-
Conflicto – Paz.
INTRODUCCIÓN
La
sociedad actual está marcada por hechos de violencia, de los cuales dan cuenta
diversas investigaciones, los medios de comunicación e inclusive vivencias de
tipo personal. Esta situación genera en la población una conmoción y una
sensación de desesperanza, ante la aparente incapacidad de poder convivir en
paz.
El panorama se agrava cuando se observa un sistema
educativo con estructuras estereotipadas, que parece petrificado para dar
respuestas a este fenómeno, y para formar ciudadanos que dialoguen y trabajen
en escenarios enmarcados en una cultura de paz, que piensen y actúen
considerando la vida en común y el bienestar colectivo.
Pensamos que es
momento de realizar cambios dirigidos a la formación de un ciudadano con
valores cívicos, como el de autonomía, solidaridad y equidad, que asuma el
compromiso de participar activamente para transformar las diversas situaciones
conflictivas que se le presenten, que tenga como principio resolver los
conflictos a través de acuerdos y no de la violencia, que asuma el compromiso
de participar activamente en la construcción de una sociedad basada en
principios democráticos, donde cada uno comparta la responsabilidad y el
derecho que se tiene de vivir en un planeta sin odios, divisiones ni violencia.
Creemos que los
docentes deben adquirir competencias que les facilite el aprender
principalmente a escuchar, que manejen como herramienta la negociación y la
mediación de los conflictos, y que en el aula de clase, trabajen para enseñar a
pensar y actuar teniendo presente los derechos de los demás; sostenemos que
esta puede ser una forma de intervenir, participar y tener la capacidad para
resolver las diferencias que puedan presentarse en el contexto escolar considerando
lo planteado, se analizará en este artículo la violencia
En tal sentido, y siguiendo a Fernández (1999) se puede
afirmar que la violencia en el joven es multicausal, pero no se puede seguir
culpando a los " otros" de ser los únicos causantes de ella. Una
mirada hacia el interior de los centros educativos, su funcionamiento, su
organización y sus prácticas educativas puede ayudar a comprender y a controlar
este fenómeno, desarrollando en los docentes y jóvenes competencias para
aprender a convivir en una cultura enmarcada en la paz
. En función de lo cual se hace necesario desarrollar
programas de formación docente, para abordar de una forma más humanizada las
discrepancias y las diferencias, que existen en una sociedad plural, solo así
existirán mayores posibilidades de canalizar la agresividad y resolver los
conflictos de forma positiva y con una relación ganar – ganar.
EDUCACION PARA LA PAZ
El conflicto se
manifiesta en todos los ámbitos sociales, culturales, económicos y políticos;
pero en el aspecto social la violencia se observa como una expresión
generalizada que da cuenta de un vacío a ser atendido para poder vivir en paz,
y los docentes son una pieza principal para introducir cambios.
Considerando lo señalado, Fernández (op cit), plantea que
la escuela como lugar y agente socializador debe tomar conciencia de que es lo
que el alumno que asiste a sus aulas está aprendiendo, contra lo que se
pretende que aprenda, debe asumir la responsabilidad por la cuota de violencia
que el joven está manifestando hoy, tanto al interior del centro como en la
sociedad general, y comprometerse en cambiar aquellas estructuras,
organizaciones o prácticas educativas, que puedan estimular la violencia en el
joven.
Es por ello que la formación del docente debe ser
permanente y continua, respondiendo así a las necesidades de los sujetos que
participan en el hecho educativo; siendo necesario desarrollar competencias en
donde se hagan valer los derechos humanos de los estudiantes.
Que se tiene
que cambiar las actitudes y los enfoques que se han mantenido para analizar la
práctica pedagógica. Un primer paso necesario para la implementación de cambios
significativos podría centrarse en el análisis crítico del proceso formativo en
general y de la práctica pedagógica en particular, descubriendo la complejidad
del contexto escolar, el significado de la rutina escolar, la riqueza de lo
cotidiano y la importancia de conocer los aportes de todos y cada uno.
La formación de los docentes en el área de
educación para la paz, métodos antiviolencia y/o métodos de resolución pacífica
de conflictos, es urgentemente necesaria en las instituciones donde
continuamente se están registran hechos de violencia. Hacen referencia Arellano
(2004), Arellano, Nava y otros (2006), como se observa de manera preocupante
que los adolescentes de ambos sexos, han sido seducidos, extasiados y
embaucados en el fenómeno de la violencia el cual impera en la actualidad en
instituciones educativas de media y diversificada, y de la cual da fe tanto la
prensa local como la colectividad.
Plantea Arellano (op
cit):
...en
la formación del educando, no se está desarrollando capacidades, habilidades y
competencias a través del manejo de estrategias, que permitan abordar los
conflictos, cuando son sólo contradicciones e inicios de antagonismos,
incidiendo esto en la formación de ciudadanos con carencias en la capacidad de
análisis, tanto de su actuación como ser social como de su contexto. Podría
sostenerse que al no desarrollar esta competencia, al estudiante se le está
limitando su capacidad de discernimiento, para distinguir a partir del
conocimiento, la verdad o falsedad de hechos, procesos y opiniones, no pudiendo
así trascender la apariencia de los fenómenos; por ende esto limita la emisión
de juicios reflexivos y el análisis de los fenómenos sociales en que se
encuentran inmersos los jóvenes estudiantes. (p.204)
Ante la situación descrita, es
necesario considerar la existencia de una enorme cantidad de niños y jóvenes en
situación de riesgo, los cuales no manejan herramientas, ni están
sensibilizados para romper con ese círculo vicioso que les hace reproducir la
violencia que los victimiza. Violencia que no solo se ejerce físicamente, cara
a cara, sino también a través de estructuras económicas y sociales que marginan
al ser humano, que lo degradan cuando se les niega la posibilidad de obtener una
calidad de vida, que inducen al individuo a dar respuestas que confrontan,
producto de una socialización donde no se les ha enseñado a ejercer la
ciudadanía, a vivir considerando los intereses de todos como parte del vivir
juntos.
Es prioritario cambiar la existencia de una
escuela en la cual los alumnos no tienen palabra propia, en donde todo se
organiza sin la participación del estudiantado, donde la práctica educativa es
autoritaria, propia de una organización jerárquica y vertical, donde no se
promueve la participación y la toma de decisiones consensuada; donde las
autoridades escolares poseen la verdad y siempre tienen la razón; donde la
posesión de esta verdad es prerrogativa de quienes ostentan el poder; donde se
abusa de este poder conferido institucionalmente, y donde se practica una
educación conductista, impidiendo, de forma violenta, la construcción del
conocimiento, la oportunidad de crear y de convivir.
Es esta práctica educativa, caldo de cultivo
para la violencia escolar, tan lamentablemente común en los países
latinoamericanos y entre ellos Venezuela. Ya es tiempo de aceptar que la
violencia está en las aulas, lo cual queda demostrado por diversas
investigaciones en el área, entre las cuales se desataca la investigación
“Comunicación en la Prevención del Conflicto en Instituciones Educativas
Ante la situación
descrita es necesario buscar formas de resolver los conflictos, lo cual ya está
contemplado en la Constitución Bolivariana de Venezuela quien le otorgó rango
constitucional a los Métodos Alternos de Resolución de Conflictos (MARC),
cuando en su artículo 258, dictamina: “La ley promoverá el arbitraje, la
conciliación, la mediación y cualesquiera otros medios alternativos para la
solución de conflictos”.
Este marco legal faculta a las instituciones
educativas a diseñar, implementar y desarrollar proyectos para el manejo del
conflicto escolar, en la búsqueda de un individuo defensor de una pluralidad de
valores y de opciones morales, con un pensamiento abierto plural y democrático,
capaz de construir una sociedad donde sea posible vivir en paz, en libertad y
en la que el respeto a todos sea la nota dominante.
Hoy día los docentes
deben estar conscientes de la realidad que vive la escuela, donde se
manifiestan, como en el resto de la sociedad, hechos de violencia, haciéndose
necesario asumir el reto de enarbolar como proyecto escolar: la prevención del
conflicto. En función de lo cual es preciso manejar teóricamente lo relativo a
la violencia, conflicto y la prevención del conflicto
La Violencia: Cuando se
habla de violencia debe verse desde dos perspectivas pero que están íntimamente
relacionadas, la violencia directa, que tiene un carácter personal, cara a
cara, donde se utiliza la fuerza física o la palabra, como medio para resolver
frustraciones y diferencias, mostrándose de diversas maneras: a nivel corporal,
psicológico o moral, también se expresa contra objetos y ambiente. Barbeito y
Caireta (2004:9), la definen como: “la actitud o el comportamiento que constituye
una violación o una privación al ser humano de una cosa que le es esencial como
persona (integridad física, psíquica o moral, derechos, libertades)”.
En relación a lo cual Lederach
(1998:98), señala: la violencia, … es preciso enfocarla como la 'causa' de la
diferencia entre lo que las personas podrían ser, pero no son: entre lo actual
y lo potencial, en cuanto a lo que se refiere a la realización de una vida
mínimamente humana.
Por ello tenemos que
enfocar la violencia y por consiguiente el tema de la paz en términos de
“autorrealización', la liberación del individuo de todo lo que le impide gozar
de los elementos de la vida... En función de lo expuesto la violencia no solo
puede entenderse como el hecho físico de agresión, sino como todo aquello que
impida el desarrollo físico, moral, síquico de un hombre hacia su
autorrealización, es por esto que la escuela debe cultivar y trabajar en la
consolidación de valores, virtudes, conocimientos y hábitos necesarios para la
preparación de un ciudadano autónomo, entendido este como el ser capaz de tomar
libremente decisiones, capaz de compartir, solidarizarse, colaborar
comprometerse y organizarse sin dejarse someter por coacciones, en la búsqueda
de una sociedad donde todos podamos vivir en paz.
El Conflicto:
El conflicto se presenta
desde un nivel micro (personas, familia, escuela) hasta el nivel macro
(sociedades, estados), y es que éste genéricamente, se refiere a cualquier
diferendo o desacuerdo, que se manifiesta en cualquier momento y/o situación;
para su expresión se requiere de dos partes relacionadas (ya sea individuos,
grupos, comunidades o estados-nación), divididas por causa de intereses u
objetivos percibidos como incompatibles
.
El conflicto así estimado se concibe como una situación donde se manifiesta una
divergencia de necesidades, intereses, propósitos y/u objetivos incompatibles o
que al menos son percibidos así por las partes involucradas, conllevando esto a
que sus pretensiones, deseos e intereses, no puedan lograrse simultáneamente,
generándose manifestaciones con diversos grados de intensidad.
Ante estas manifestaciones distintas, lo
relevante en todo caso es que las acciones para lograr los objetivos derivadas
de los intereses divergentes, sean canalizadas a través del uso de métodos que
permitan el logro de acuerdos aceptables y positivos para las partes.
Cuando se introduce la
noción de proceso, tiene como base concebir el conflicto no como un momento
puntual, ni estático sino como dinámico y controversial. Su dinamismo viene
dado por la confrontación (económicas, ideológicas, sociales, valores), de dos
o más partes, que al no resolver las diferencias potencian el proceso,
incidiendo en él diversos elementos: malentendidos desconfianza,
incomunicaciones, temores, y otros.
Todo lo antes dicho respaldado por el siguiente sustento legal, la CRBV, 1999 en su preámbulo donde expresa… que
consolide los valores de la libertad, la independencia, la paz, la solidaridad,
el bien común, la integridad territorial, la convivencia y el imperio de la ley
para esta y las futuras generaciones y en su Artículo 3,… la construcción de
una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y
bienestar del pueblo, y en el 102,… El Estado, con la participación de las
familias y la sociedad, promoverá el proceso de educación ciudadana de acuerdo
con los principios contenidos de esta Constitución y en la ley, 258,… La ley
organizará la justicia de paz en las comunidades. Así como también se respalda
en el reglamento general de la ley orgánica de educación en sus artículos 3 y 4 y la ley orgánica para la protección del niños,
niñas y adolescente en su artículos 1,10,11,12,13,14,53,54,55,56,57,58,59,60 y 61.
CONCLUSIONES
Es
un hecho que la violencia está en las escuelas y que tiene dos vertientes una
estructural que se manifiesta en la exclusión de la población de niños y
adolescentes de un proceso educativo que brinde una calidad de vida, y una
violencia directa que se manifiesta en la destrucción de las instalaciones,
educativas, de los bienes del docente, alumnos y comunidad, además de las
confrontaciones cara a cara entre los educandos y entre docente – alumno.
Existen manifestaciones
de violencia escolar como: agresión física a docentes por parte de alumnos,
disputas entre alumnos que culminan en enfrentamientos físicos, agresión verbal
a docentes, agresión a docentes a través de escritos (grafitis, periódicos,
anónimos), hechos de violencia con deterioro de bienes materiales de los
docentes, deterioro de la infraestructura y mobiliario; siendo estos hechos de
violencia resueltos de manera punitiva a través de levantamiento de actas y
suspensiones de clases. Lo cual permite afirmar que en las instituciones objeto
de estudio se atacan los conflictos de una manera adversaria.
Por otra parte, se puede afirmar que la
función del docente no está modelando el carácter social del educando para
formarlo como un ciudadano que practique los valores de convivencia y que
ejerza su autonomía con respeto por el otro, incidiendo esto en la generación
de una violencia directa, que como se ha planteado, está presente en las
instituciones educativas y en su contexto
.
Pudiéndose
concluir que existe la urgente necesidad de transformar al docente, familia y
al alumno, en la búsqueda de una escuela donde éste aprenda desde la
interrelación, a resolver las discrepancias a través del dialogo, donde el
respeto al descenso sea parte de la cotidianidad, que se tenga como meta
aprender a vivir juntos. Se necesita una escuela, que eduque para la paz, que
no forme alumnos ni sumisos ni violentos, sino que su función sea la de formar
individuos, arraigados a los principios democráticos y comprometidos como
fundamento de vida en una cultura de paz.
El
docente debe dejar atrás la escuela tradicional y comprometerse con los
cambios, desprendiéndose de su poder para trasladarlo hacia sus alumnos en la
búsqueda de una autodisciplina que les permita desarrollar la autonomía. En
función de lo cual debe iniciar una formación en métodos de resolución de
conflicto, que le permita escuchar y no solo oír. Debe también, facilitar desde
el aula los medios y los recursos que le permitan provenir el conflicto.
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